La piel es un órgano muy interesante, el segundo en tamaño total luego de los músculos. Está compuesta por distintos tipos de células con sus funciones especiales,aquellas que forman la estructura misma de la piel. Otras que producen su color, el del cabello y el iris de los ojos; unas que forman un ejército de defensa, y otras que forman estructuras complejas como las glándulas sudoríparas y los pelos o vellos, cada uno con su músculo propio y su glándula fabricante de sebo, en una estructura que se llama folículo pilosebáceo.

El ambiente, el calor, el polvo y el contacto con la ropa; tienden a secar la piel. Si la piel se seca, pierde la elasticidad y sufre grietas por donde penetran partículas ambientales como el polvo, que activan los glóbulos blancos del sistema de defensa propio de la piel. Una vez que se activa la defensa por la presencia de estas partículas que vienen del exterior, se desencadena la inflamación con comezón (prurito), enrojecimiento y acumulación de líquido inflamatorio que puede presentarse en forma de pequeños granos (pápulas) o hinchazón generalizada de la zona inflamada. Este proceso es uno de los tipos principales de dermatitis o inflamación de la piel.

Para evitar que la piel se seque, las glándulas sudoríparas producen sudor, que es agua, sal y algo de urea, que es una sustancia que también se elimina con la orina. El sudor forma una delgada capa protectora de la piel en donde se encuentran abundantes células muertas que constituyen la descamación normal diaria de la epidermis. Las células muertas son el alimento de trillones de bacterias amigas que viven sobre la piel. Estas cumplen la maravillosa función de ser la primera barrera de defensa, y actúan como verdaderos “perros guardianes” que no permiten que otros microorganismos nos enfermen. Uno de los mecanismos de defensa que usan las bacterias es producir ácido láctico que impide el crecimiento de otros organismos que no toleran esta sustancia.

Este magnífico y potente sistema de defensa se llama Factor Natural de Hidratación de la piel (Natural Moisturizing Factor o NMF en Inglés). Por distintas causas este mecanismo puede dejar de funcionar bien, lo que desencadena en comezón o prurito, y posteriormente una dermatitis franca por resequedad de la piel. Por esta razón, la Botica Olmedo se ha empeñado en desarrollar una fórmula magistral que ejecuta la tarea natural de mantener la piel hidratada y protegida, lo que por sí solo, al retirar la causa de la dermatitis que es la sequedad y el agrietamiento de la piel, permite la curación de muchos procesos que causan comezón e inflamación de la piel.

También ayuda al tratamiento de otras enfermedades de la piel en las que la sequedad es un acompañante del proceso patológico. Al parecerse tanto al complejo que naturalmente se produce sobre nuestra epidermis, no tiene efectos adversos ni contraindicaciones cuando se lo usa de la manera indicada.

Utilidades y usos:

• Previene los signos del envejecimiento prematuro caracterizadas por la aparición temprana de pequeñas arrugas, manchas y resequedad de la piel.

• Es altamente eficiente para mejorar la dermatitis por contacto, disminuyendo notablemente los síntomas de ardor, dolor, comezón, resequedad, aspereza y remitiendo las fisuras en casos extremos.

• Reduce y alivia los síntomas de la xerodermia senil, alteración que se produce por la reducción del contenido de agua y lípidos superficiales en la piel del adulto mayor, que se caracteriza por síntomas de piel seca, áspera y escamosa acompañada de prurito que termina en excoriaciones producto del excesivo rascado. Tiende a acentuarse en las extremidades y en el cuero cabelludo y se exacerba en temporadas de clima frío o muy seco.

• Disminuye la inflamación y el prurito en las picaduras de insectos, evita la formación de excoriaciones por exceso de rascado sobre todo en niños.

• Repara el tejido de pequeñas excoriaciones o lastimaduras de la piel producidas por distintas causas.

• En niños y preadolescentes mejora las alteraciones hipocrómicas producidas por el clima frío y seco, y por la exposición solar, conocidas como “medios”.

• Se ha utilizado incluso para compensar la sequedad anal y vulvar producida por la disminución de estrógenos en la menopausia femenina.

• Sirve como tratamiento complementario para casos de ictiosis, dermatitis atópica y psoriasis, enfermedades en las que se altera la capacidad de retener agua en la superficie de la piel.

• Repara la mucosa de los labios, en casos en que la mucosa se presente descamativa, alteración muy frecuente en temporal frío y ventoso.

• Repara e hidrata la mucosa de la nariz que pierde su hidratación natural por el uso de acondicionadores ambientales para frío o calor y compensa la falta de hidratación nocturna en temporadas de clima seco.

• Repara y calma los síntomas de inflamación y ardor que ocurren en las dermatitis de las manos o de las zonas periorales típicas de las temporadas frías y ventosas.

• Mejora considerablemente la calidad de la piel en casos de pies secos y talones agrietados. Protege el pie del rose inapropiado del calzado evitando la formación de ampollas y laceraciones, retarda la formación de callos.

• Alivia las molestias que genera el proceso de cicatrización disminuyendo el prurito en la etapa de costra, protege, fortalece y regenera la piel después del desprendimiento de la costra.

• Las investigaciones prueban que existe un gran debilitamiento de la capa de ozono sobre latitudes ecuatoriales y en consecuencia el territorio ecuatoriano, por su posición geográfica recibe los niveles máximos de radiación ultravioleta UVI (Ultraviolet Index).

El informe detalla que los niveles de radiación detectados, muchas veces superan los 24 UVI  para Quito y 14 UVI para Guayaquil, cuando la OMS y la OMM han establecido que el máximo tolerable para la exposición humana es 11 UVI.

La exposición solar a esos niveles de radiación representa un riesgo potencial a mediano plazo ya que puede producir cáncer de piel, diversos tipos de ceguera y debilitamiento del sistema inmunológico.

En la actualidad es un hecho común que se presenten alteraciones mucho más graves en un tiempo más corto de exposición a radiación solar, como por ejemplo reacciones de fotosensibilización, quemaduras de primer grado mucho más dolorosas e inflamatorias y de más larga resolución, quemaduras de segundo grado, mayor incidencia y aparición más temprana de lentigo solar y máculas hiperpigmentarias, alteraciones de la hidratación a edades muy tempranas con el consecuente envejecimiento prematuro.

Es imperativo por tanto desarrollar formulaciones cosméticas o medicamentosas que contrarresten los daños producidos por la radiación UV, no solo con fines cosméticos sino como una manera de preservar la salud.

Factor Natural resulta muy eficiente para contrarrestar y mejorar tanto los síntomas inmediatos a la exposición, como los daños producidos por la exposición reiterada.

Las zonas de la piel expuestas a la radiación solar (cara, cuello, extremidades) sufren daño en las estructuras que aseguran la hidratación profunda y superficial de la piel, generando resecamiento de la superficie y falla en la retención de agua a nivel profundo, lo que genera sequedad, aspereza, enrojecimiento, sensación de cuarteo, pérdida de la elasticidad, pérdida de la turgencia y aparición de arrugas prematuras.

El uso prolongado de Factor Natural rapara los daños producidos por la exposición reiterada a la radiación ultravioleta, observándose un aclaramiento y nivelación del color de la piel, disminución de la sequedad, disminución de las pequeñas arrugas prematuras, disminución leve del tono de las lesiones hiperpigmentarias y recuperación de la lozanía de la piel.

El producto presenta una enorme flexibilidad en cuanto a su uso, debido a que su fórmula está basada en las sustancias existentes en forma natural en la superficie de la piel. Esto lo hace útil para ser aplicado en individuos de cualquier edad y en todos los tipos de piel. Salvo en la piel del rostro de personas con tendencia a la rosácea.

Artículo escrito y desarrollado en conjunto por el doctor Dr. Juan Manuel Tenorio  y la Dra. Cayetana Tenorio